REFLEXION SOBRE EL LIDERAZGO
En las Escuelas de Negocio prolifera de manera más que abundante (excesiva diría yo) los
programas de Liderazgo, ya sean en versión corta (seminarios) o en versión de mayor
extensión.
Igualmente y a la par de esto, existen innumerables artículos sobre esta temática, el mensaje
está claro: Esta sociedad aparentemente sin rumbo, necesita de un liderazgo que nos
encamine al destino adecuado ….. sin embargo, todo este despliegue de recursos no parece
estar dando resultado mas allá de la mera aplicación de determinadas “técnicas” al uso, sin
embargo, lo que son los comportamientos y los hábitos inherentes a ellos permanecen
inamovibles, salvo honrosas excepciones.
¿Cuál es la razón de este escaso aprendizaje? … Como suele ser habitual en este tipo de
preguntas, las respuestas suelen ser sencillas: No estamos dispuestos a cambiar nuestras
creencias….. Pero, ¿porque? y es ahí donde la explicación no suele ser sencilla.
Imaginemos a un Directivo/a que lleva en su puesto alrededor de 1 año.
Tiene la
responsabilidad de un departamento y con ello, a un equipo, pongamos de unas 4/5 personas.
En su desempeño en su puesto, se ha dado cuenta que en la parte numérica y/o técnica de la
Gestión del área bajo su responsabilidad, se desenvuelve con relativa comodidad, y en aquellas
cosas que desconoce o le inquietan, no le supone mayor esfuerzo adquirir los conocimientos o
técnicas para poder desenvolverse con soltura.
Sin embargo, en lo referido a la gestión de las personas de su equipo, la cuestión no se torna
igual de sencilla. Por esa razón se ha inscrito en un programa de Liderazgo de una famosa
Escuela de Negocios.
Por otra parte, esta persona está felizmente casada y es padre/madre de 2 hermosas criaturas
de 10 y 8 años.
¿Queremos saber cuan de buen Líder es o puede llegar a ser esta persona? La respuesta es
extremadamente sencilla: nada mas tenemos que observar como es su relación con sus hijos.
¿La educación que transmite es desde el adoctrinamiento o desde la reflexión? ……
Más de una vez he oído decir: “Que bien educado tienes a tu hijo/a, que bien se porta y que
obediente es” ………….. evidentemente estamos confundiendo Educación con amaestramiento,
porque apenas se diferencia de lo que diríamos de un perro fiel que siempre obedece.
Si ese padre/madre le dice a sus hijos lo que tienen que hacer y cómo lo tienen que hacer, les
dice lo que ropa se tienen que poner o en definitiva, decide siempre por ellos, tendremos un
directivo que será un Jefe, pero no un Líder, porque el comportamiento que tiene con sus hijos
será el mismo que tendrá con su equipo, y en él se destila un mensaje subliminal: “No os veo lo
suficientemente capaces para que confíe en vosotros”
El/ella no está queriendo ver las capacidades y el potencial que sus hijos tienen para
desenvolverse en la vida, no es capaz de estimular la curiosidad en ellos para afrontar retos, en
definitiva los trata como incapaces, cuando no lo son y ese va a ser el mismo patrón con el cual
se va a relacionar con su equipo.
Moraleja, si quiere desarrollar un liderazgo eficaz con su equipo, cambie la forma en que se
relaciona con sus hijos, no cambie su afuera, cambie su adentro.
El otro día leí a un famoso “gurú*-coach” desvelar en primicia a través de las redes sociales lo
que iba a ser su próximo libro y decía (entiendo que sin darse cuenta de lo que decía), que
escribirlo, había tenido que leerla friolera, creo recordar, de 30 libros y 50 documentos
descargados de internet, y esa fue toda una revelación, ¿Por qué digo esto? ………. ¿Ud. Se
imagina a un medico escribir sobre cirugía sin haber pasado por sus manos ninguna operación
quirúrgica? ¿sin haber vivido experiencias sobre las mismas? ……….. pues esto es lo mismo.
La excelente película “El indomable Will Hunting”, cuenta la historia de una persona con una
inteligencia superdotada, capaz de resolver sin el mas mínimo esfuerzo los más complejos
problemas matemáticos pero que, sin embargo era incapaz de asumir ninguna responsabilidad
y compromiso con su vida y con los demás como consecuencia de las secuelas de una infancia
más que traumática.
Para resolver esa situación, acude con cierto escepticismo a un terapeuta con el que mantiene
un toma y daca constante. Hay una escena antológica en la que ambos mantienen una
discusión muy acalorada, en donde el protagonista le dice al terapeuta que lo sabe todo y para
demostrarlo le cita determinados capítulos de afamados libros de literatura. El terapeuta
interpretado por Robin Wiliams, le dice que por mucho que lea, por mucho que memorice la
Capilla Sixtina o el David de Miguel Angel, la sensación y le emoción nunca van a ser iguales
como haberlas visto y haberlas sentido en persona, y es ahí en donde incido: No se puede
transmitir conocimientos, se deben experimentar emociones que nos transporten a otro nivel
de conciencia, y por tanto, de comportamientos.
En Japón, cuando se produce el relevo del poder entre emperadores, al que va a ser el nuevo
Emperador (la máxima autoridad en la nación) le entregan 3 objetos como símbolo del máximo
poder que van a recibir:
EL primero de ellos es un Cofre lleno de joyas y oro, la interpretación es bien sencilla: “Quien
tiene dinero, tiene poder”.
El segundo de ello es una Katana (espada de Samurái). En manos del emperador la Katana
significa “El control sobre el ejército”. La moraleja es simple: “Quien tiene fuerza, tiene
poder”.
En tercer y último lugar y como elemento más significativo de la representación del poder de
todas ellas, le entregan ….. UN ESPEJO!
Ellos dicen que el espejo es donde uno se refleja y uno es el libro que nunca se acaba de
escribir. A lo largo de un día cualquiera, todos vivimos una serie de vivencias, si reflexionamos
sobre las experiencias que esas vivencias nos proporcionan y aprendemos de ellas, seremos
más sabios y “la SABIDURIA es la mayor fuente de poder”, esa es la tercera y mas demoledora
moraleja.
¿Quieres practicar y desarrollar un autentico liderazgo? Aquí tienes la respuesta: Mírate al
espejo y pregúntate de forma sincera como vas pasando por la vida.
*Nota: Peter Drucker decía que “Gurú” es una palabra inventada por los periodistas para no tener que
escribir charlatán.